Necesito que me confiecen, con una mano en corazón, si este plato no es rico «en teoria», pero en la práctica siempre terminamos prefiriendo un puré de papas. Les aseguro que este no es el caso.
Resulta que me encantan las espinacas crudas, cuando están frescas y lindas es un placer comerlas en ensaladas, resulta cremosa y suave, y de sabor agradable. Cocidas las uso para canelones y casi casi que nada mas.
Hablando con mi mamá sobre esto, ella me mencionaba que tenía ganas de preparar este plato y me le adelanté e hice mi propia versión. Estoy segura que hay muchísimas formas de prepararlo, supongo que lo importante es encontrar la que a casa uno le guste, hacerlo y seguir haciéndolo. Mi método consiste en espinaca, cebolla y salsa blanca, nada mas, no necesita nada mas. No es light ni dietética, pero hasta los que dicen que no les gusta la espinaca van a sucumbir, incluidos los niños.
Ingredientes (por porción)
1 atado de espinacas
media cebolla
1 cucharada de manteca (sacar del pan de manteca con una cuchara sopera, unos 25 gramos, 1/8 de pan)
1 cucharada sopera de harina (al raz)
1,5 tazas de Leche aproximadamente (calcular apartir del punto de la salsa)
sal, pimienta, nuez moscada
queso rallado
Preparación
1. Limpiar las espinacas y lavarlas bien. En una olla con agua hirviendo con sal cocinar por no más de 2 minutos. Al retirarlas del agua ponerlas en un bowl con agua fría, si es posible con hielo. Al cortarle la cocción van a quedar mas verdes y tiernas. Colar y escurrir bien. Picarlas y reservar. Picar la cebolla y reservar.
2. En una olla agregar la manteca, cuando esté derretida agregar la cebolla y cocinar con un poquitito de sal hasta que esté transparente.
3. Bajar el fuego y agregar el harina. Revolver bien hasta que toda la harina se integre con la cebolla y los jugos de la sartén. Cocinar 2 o 3 minutos a fuego bajo y comenzar a agregar la leche muy de a poco, ir mezclando bien para que se vaya formando la salsa. Seguir agregando leche de a poco e ir mezclando muy muy bien. Asegurarse que la leche agregada este bien integrada antes de agregar mas leche. Los famosos «grumitos» de la salsa blanca se forman cuando se agrega mucha leche de golpe y no llega a integrarse bien con la pasta ya formada en la sartén. Que quede una salsa no muy líquida, de consistencia mas bien trabada.
4. Una vez que tengan la salsa blanca o bechamel ya formada, condimentar con sal, pimienta y nuez coscada. Dejar cocinando 5 minutos y apagar el fuego.
5. Agregar las espinacas previamente blanqueadas y picadas que habíamos reservado. Integrar bien.
6. Si les gusta lo pueden pasar a una fuente para horno o cazuelas individuales, poner queso por encima y gratinar en el horno, sino se peude servir asi como esta.
Deliciosa receta ! Si las espinacas son tiernas, se pueden usar sin hervir.
Se ve delicioso, y lo mejor que facil de hacer, ojala a mis hijas les guste.