Mermelada de damascos y vainilla

Este verano me puse a la tarea de hacer mermelada de damascos cuando decidí regalar para navidad dulces hechos en casa. Encontré la receta que inspiró esta versión en un libro que me regaló mi abuela, porque conoce mi aflicción por los dulces caseros.

Respecto de la preparación, me gustó mucho porque al trabajar con damascos, no solo no hay que pelarlos, sino ni siquiera tuve que cortarlos, solamente abrirlos al medio para descarozarlos, y luego dejarlos cocinando hasta que solitos se hicieran un puré divino. Recién ahí se agregan las vainas de vainilla y el azúcar.

Muy fácil, no tiene complicaciones, y el resultado es genial, una mermelada con sabor a damasco y todo el aroma a la vainilla.

Espero que aprovechen la temporada de los damascos para hacer dulce definitivamente arrancar por este es una buena idea.

Ingredientes
1 kilo de damascos. Lo ideal es que usen fruta madura, pero no pasada. Si esta muy verde van a tener problema al sacarle el carozo.
750 gramos de azúcar
2 vainas de vainilla
jugo de 1 limón

 

Preparación
1. Lavar muy bien los damascos con mucha agua. Rasparlos si es necesario para sacarle toda la tierra.
2. Con un cuchillo abrir al medio por donde el damasco se cierra sobre si mismo. Al hacerlo por este punto, se aseguran de encontrar al carozo de frente. Sacar el carozo. Si cuando cortan el damasco al medio, el carozo parece estar muy aferrado y la fruta no se abre, agarrarlo con ambas manos, una en cada mitad y girar las manos en sentido contrario, como si estuvieran dando cuerda.
3. Poner todas las mitades de damascos en una olla y agregar agua apenas hasta cubrir, la menor cantidad de agua posible. Llevar al fuego y dejar hervir a fuego suave hasta que se deshagan completamente formando un puré. Yo tuve mis damascos hirviendo como una hora y media. Con una hora de fuego puede andar también.
4. Al cabo de ese tiempo, agregar a la olla el azúcar, las vainas de vainilla abiertas al medio y el jugo del limón. Revolver e integrar todo muy bien. Dejar cocinando a fuego suave hasta que tome punto. Puede tomar otra hora de cocción, dependiendo de su fuego.
5. Para probar el punto de la mermelada lo que siempre me gusta hacer es poner un poquito de preparación en un plato frío y esperar a que se enfríe, luego lo toco para ver la consistencia. Hay personas que tienen una técnica de cortar la gota de mermelada con un cuchillo y ver si se une o no, pero sinceramente, esa nunca la entendí.
6. Cuando vean que llegó al punto, con la técnica que se sientan cómodos, sacar y descartar las vainas de vainilla, enfrascar la preparación en frascos esterilizados en caliente. Cerrar los frascos y dejarlos enfriar boca abajo. Y listo.

Queda gloriosa con pancito rico y manteca. Vean en la foto de abajo los puntitos negros que le quedan, esas son todas las semillitas de la vainilla y le dan un aroma delicioso y super reconfortante.

 

3 comentarios en “Mermelada de damascos y vainilla

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